Una noche como cualquier otra, sin muchas particularidades, el insomnio ha tocado mi mente, se ha apoderado de mis pensamientos, de mis preocupaciones, me ha colmado de miedos.
Retumba en mis oídos una penetrante voz que perturba mi sueño, mi descanso.
Miro a mi alrededor y no hay nada diferente, la misma luz tenue, los mismos colores, las mismas cosas, incluso el mismo reflejo en el espejo.
Intento escuchar más profundamente, esos sonidos tenues lejanos que puedan darme un sentido a esta incertidumbre.
¿Qué es lo diferente que está perturbando mi mente ?
Mi mente.
No hay nada diferente más que mi mente misma.
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