Las fiestas en diciembre siempre están llenas de muchas emociones, el aire se invade de alegría y deseos, sensaciones colectivas que cubren espacios vacíos; para mí, diciembre es de unión familiar, fechas donde mi mundo, se acurruca entre lazos de amor familiar.
Me encuentro en un mar de miedos mezclados de esperanza, con sueños interminables que emanan aires de saciedad.
Es verdad que cada día es una oportunidad de comenzar de nuevo, es verdad que no debemos esperar una fecha para crear nuevos caminos; ¡Oh Diciembre!, siempre me ha permitido ese cierre tan esperado, no importa si el año ha sido bueno o malo, siempre me permite sentir ese cierre imponente y un reseteo de ideas, sueños, formas, sentidos...
Necesito ese punto de partida en que yo misma me doy la posta de mi vida, dándome un balance de mi año que me sirva de arranque, me llene de fuerzas, me cambie los miedos y me permita materializar mis sueños.
Soy dueña de mis caminos, mi bello diciembre cierra los caminos defectuosos y abre nuevos rumbos que me invadan de paz.
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